miércoles, 1 de noviembre de 2017

El barco fantasma

Sin duda alguna, Halloween, es una de las fechas más esperadas por los alumnos de Manganeses y es que, desde ya hace algunos cursos, la celebración de este día se ha convertido en algo mágico, donde todo es posible: cementerios terroríficos, cuevas indias para escuchar leyendas Hopi, planetas de alienígenas que son secuestrados por el Mal, etc.  Y este curso...

El claustro de maestros del cole lo tenía claro: un barco fantasma pirata encajaba a la perfección con Halloween y la temática del curso: "El agua". Así que,  poco a poco, fuimos recreándolo.
El barco pirata nos   iba a servir  de ambientación para desarrollar las actividades de animación a la lectura que luego se iban a desarrollar.

La jornada de Halloween, comenzaba con el recibimiento, por parte del profesorado, de los alumnos en el patio del cole.




 Los alumnos, una vez más, estuvieron a la altura de nuestra demanda de venir maquillados de piratas terroríficos. Y es que, un buen maquillaje, hace más creíble  el ser un pirata del inframundo.







Una vez dentro, en nuestra biblioteca pirata, centro neurálgico de todas nuestras celebraciones significativas, una bibliotecaria muy malvada, nos daba la bienvenida  espada en mano. Ningún alumno se atrevió a coger un libro. Según nos explicó, este día era para vivir las historias en primera persona.


Los primeros en pasar al barco pirata fantasma, fueron los alumnos de infantil. Todos estaban impacientes por entrar.



Una vez dentro, se hizo la magia. La mesa de luz, acompañada por una música fantasmagórica, hicieron las delicias de los más pequeños.


En un ambiente tan aterrador, cualquier historia resulta emocionante de ser escuchada. La seño Ana, con ayuda de unas siluetas preparadas para tal fin, nos fue contando la historia del Tesoro Maldito.


Pongamos el flash a la cámara para que los veáis un poquito mejor...


Os gusta más a oscuras... ¿ehh?



Mientras tanto, en las aulas de Primaria se trabajaba la expresión escrita en un taller de Escritura Terrorífica. ¡Qué mejor manera para escribir historias de miedo que  hacerlo  en condiciones de penumbra!






¿Quién sabe que magníficas historias de terror habrán escrito nuestros alumnos de primaria del cole? Lo sabremos en futuras entregas de este blog...

Y ahora sí, a los alumnos de Infantil nos tocaba abandonar el barco fantasma  para acudir al taller de ilustración de cuentos piratas de Halloween.


Os haremos llegar noticias de nuestro cuento...De momento, os dejamos un adelanto.


Ahora,  era el turno de que los los alumnos de primaria  hicieran gala de su valentía y entrasen a escuchar el relato del Tesoro Maldito.




¿Queréis conocer la historia del Tesoro Maldito?... ¡Pues, os quedaréis con las ganas!, para ello hay que ser alumno de Manganeses. Pero... sí os contaremos, que cada uno de los allí presentes tuvo que armarse de gran valor y entrar en la cueva donde estaba enterrado Billy el Largo, para pedirle perdón a cambio de la devolución de sus doblones. Algunos eran reticentes a entrar, pero la curiosidad y una pirata muy convincente hicieron que nadie se resistiera.


 Lo que dentro ocurrió, forma parte del secreto pirata, mas sí os podemos adelantar ¡que los gritos se oían a rabiar!


Encendamos de nuevo la luz para ver lo que pasaba dentro... ¡Nuestros piratas estaban aterrorizados por lo allí ocurrido!


 A pesar de pedir perdón, todos los piratas fueron condenados a vagar eternamente por las profundidades de los mares del Caribe y sólo si se hacían con 80 doblones para devolvérselos a Billy podrían ser liberados de tal maldición. ¿Conseguirían nuestros piratas trabajar duramente en equipo y solventarían las pruebas que les teníamos preparadas?
Antes de dar comienzo, debían tomarse un extraño brebaje vigorizante, energizante y espeluznante, que un pirata errante pronunció en una extraña lengua .


  
Los piratas miraban atónitos, cómo el hechicero pirata introducía en la marmita los ingredientes.





Aunque por todos es sabido que la alimentación pirata no era muy sana, pocos fueron los que se resistieron a probar la pócima.



Y ahora sí; no había tiempo que perder, las pruebas nos esperaban. Los equipos estaban preparados y rotarían por los talleres intentando hacerse con el mayor número de doblones posible.

En una de las pruebas, debían responder correctamente a las preguntas que se les hacían sobre los piratas. Para ello, debían buscar un "ojo" en la oscuridad de un barco fantasmal, donde se escuchaban las voces de los piratas malditos.


Después debían llevarlo manteniendo el equilibrio con una cuchara por un circuito, al final del cual se encontraban las respuestas a las preguntas.


Al volver a su punto de inicio, debían colocar las respuestas conseguidas en su lugar adecuado.


En otra prueba debían resolver adivinanzas y dar la respuesta recortándola.


Pero como muchos de los piratas eran mancos debido a las batallas que habían librado, nuestros alumnos tenían que agudizar el ingenio arreglándoselas solo con una extremidad.




 En otra de ellas, debían preparar una danza pirata, para bailar en las noches de Luna Llena, en la proa de la goleta.








En la prueba exterior, nuestros intrépidos piratas debían salvar diferentes obstáculos montados en un extraño aparato mecánico, que aunque desconocido en  la época, resultó ser muy práctico para lograr sus objetivos.





Y con tanto ejercicio, había que reponer fuerzas. Como bien es sabido, entre la alimentación pirata, estaba la ingesta de galletas saladas con gusanos. Así que, haciendo de tripas corazón, tuvieron que comerse una galleta con gusano incluido (que anteriormente habían  encontrado en el camarote del barco),  tumbados en el suelo sin poder utilizar las manos.






¿Padecerá alguno de nuestros piratas de escorbuto tras la ingesta?  Para quién no lo sepa, ¡el limón tiene la solución!

Y... ¿qué sería de un buen pirata sin puntería?   





 Una vez las pruebas terminadas, tocaba hacer recuento de los doblones conseguidos por todos los equipos...



Uno a uno, todos los grupos fueron contando sus monedas... ¡Tal vez juntándolas conseguirían su objetivo!.... 70, 71, 71....- ¡No llegamos!- dijo alguno de los piratas presentes...


...78, 79.... ¡80,81!...¡93 doblones fueron los conseguidos por nuestra tripulación!
¡La recaudación había sido un éxito!, ¡se habían sobrepasado los 80 doblones exigidos por Billy el largo!


Por fin, nuestros piratas fueron liberados de la maldición que les perseguía y así de contentos posaron para la galería.





 ¡Y es que no hay mejor recompensa que el trabajo en equipo bien hecho! ¡Enhorabuena a todos nuestros piratas que han demostrado una vez más que no hay misión imposible para estos alumnos de Manganeses!

¡Nos vemos en la próxima aventura gamificada!

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